viernes, 24 de abril de 2015

Aniversario de tu partida

Todas las tristezas
se convocan
este día.
Tu ausencia
es un telón de fondo.

Sobre ella
se proyectan
los pequeños dolores
del presente
fundidos con siluetas
de fantasmas de antaño;
de nostalgias difusas,
como marcas de agua,
porque ya no recuerdan
a qué era que venían;
de melancolías innombrables
de atardeceres sin recuerdos.

Pero en este día
que lleva el nombre
de tu partida
en el calendario,
tu imagen
se desprende nítida
y avanza
hasta abrazarme,
como en una noche
de jueves cualquiera,
cuando llegaba
cansada del trabajo.

Y una vez más lloro
apoyada en tu pecho
con un llanto
sin antigüedad certificada.
Y mis lágrimas lavan
el telón
como siempre
y quedo aquí serena
recordándote.

Entonces te sonrío
mientras sigues regando
el árbol de flores amarillas
que continúa creciendo
en nuestro patio.

De amores profundos y seres entrañables.


© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

miércoles, 22 de abril de 2015

Las guitarras siguen cantándome tu nombre

Hombre con guitarra
Violeta Parra
Yute bordado con lanigrafía
Fundación Violeta Parra

Las guitarras siguen cantándome tu nombre.
Las canciones están confabuladas.
Seguramente hiciste un pacto con las flores,
los pájaros del patio, las hojas sobre el pasto.
Se presentan contigo cada día.
Pero este año, has regresado más que nunca.
He visto ensancharse la Alameda
para dar paso a aquellos hombres libres
que tanto nos costó poner sobre la Tierra.
Hubiera querido estar contigo
parada en plaza Baquedano
para iniciar aquellas caminatas
en que solo contigo me sentí segura,
sabiendo que el sueño era el mismo,
que lo llevábamos ahí,
un pedacito en la mochila
y una gran parte en el alma.
Hubiera querido que la vieras.
Nuestra niña que cargabas
en tus brazos,
ahora avanza sola, firme
llena de sueños y certezas.
bella, orgullosa, alegre,
henchida de futuro,
pisando con firmeza en el presente.
La veo caminar junto a miles de jóvenes
y pienso lo feliz que habrías sido.
Nuestro hijo, que trasunta tu bondad en su mirada,
continúa poniendo melodías a todas las jornadas.
La esperanza ha vuelto a alojar en nuestra casa.
Junto a ella, tu espacio en la mesa, continúa estando.


De amores profundos y seres entrañables.

© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

viernes, 17 de abril de 2015

Hijo, de tus manos brota luz

El piano (1957)
Óleo sobre lienzo
Pablo Picasso (España, 1881 - 1973)
Museo Picasso de Barcelona, España. 


A mi hijo Camilo.


Hijo,
de tu manos brota luz.
Saltan como duendes los sonidos
y danzan en tu entorno
formando remolinos
de colores.
Hijo,
eres un semillero
de canciones.
Tu alma convocó a las melodías,
les dio la bienvenida,
las llenó de ilusiones;
brillantes emergieron de tus manos,
convertidas en pájaros cantores.


Hijo,
la paz de tu mirada
se convierte en un sueño
cuando emerge la plácida armonía
de un acorde trenzado entre tus dedos.
Cada sonido
es una estrella
que cae de tus ojos.
Hijo,
eres un alquimista
que tornó
sueños en sones.
Hijo,
te has convertido en hombre
aquí a mi lado,
llenando de música mis días.
Agradezco a la vida, por tus dones.


De amores profundos y seres entrañables.


© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

lunes, 13 de abril de 2015

¡Adiós, Galeano!


¡Un abrazo para el camino!

Utopía

La utopía está en el horizonte.
Camino dos pasos,
ella se aleja dos pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces para qué sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar.

domingo, 12 de abril de 2015

Nada que informar

La autómata
Edward Hooper
Óleo sobre lienzo
Ventro de Arte de Des Moines, Iowa, Estados Unidos.

¿Qué sentido tendría 
que hoy te diga
que tuve el deseo incontenible
de mirarte a los ojos?
Como siempre
las pequeñas cobardías
pueden paralizar
grandes historias.
Hubiera querido invitarte
a caminar bajo la lluvia
que el meteorológico programó
para nosotros.
Desgraciadamente,
olvidaron avisarte.
Después de mojarnos
el pelo y los zapatos
habría sido necesario aquel café
que sería un buen pretexto
para una mirada.
Tal vez comentaríamos
alguna tontería
tocándonos la risa.
Pero no corrí el riesgo
a veces necesario
para salvarnos
de aquellas certidumbres
que encogen nuestras almas
obligándonos a  redactar una vez más:
“Querido diario,
lamento no tener nada que informarte”.

De Amores que jamás florecieron

© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6