domingo, 12 de abril de 2015

Nada que informar

La autómata
Edward Hooper
Óleo sobre lienzo
Ventro de Arte de Des Moines, Iowa, Estados Unidos.

¿Qué sentido tendría 
que hoy te diga
que tuve el deseo incontenible
de mirarte a los ojos?
Como siempre
las pequeñas cobardías
pueden paralizar
grandes historias.
Hubiera querido invitarte
a caminar bajo la lluvia
que el meteorológico programó
para nosotros.
Desgraciadamente,
olvidaron avisarte.
Después de mojarnos
el pelo y los zapatos
habría sido necesario aquel café
que sería un buen pretexto
para una mirada.
Tal vez comentaríamos
alguna tontería
tocándonos la risa.
Pero no corrí el riesgo
a veces necesario
para salvarnos
de aquellas certidumbres
que encogen nuestras almas
obligándonos a  redactar una vez más:
“Querido diario,
lamento no tener nada que informarte”.

De Amores que jamás florecieron

© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

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