sábado, 6 de junio de 2015

Silencio… eppur si muove

Galileo en la Universidad de Padua 
demostrando las nuevas teorías astronómicas
Félix Parra
Óleo sobre tela
Museo Nacional de Arte, Ciudad de México, México.

Tal vez no sea
una buena idea,
me dijiste.
Fue justo ahí
cuando empezó a gustarme.
Debo confesar
que las ideas no tan buenas,
a veces, me seducen.
No fue una buena idea
de cierto Galileo
vociferar que el mundo,
creación tan divina,
no era el centro
de todo lo que existe
y que andaba girando
como un astro cualquiera
de barrio en periferia.
Al fin, cayó en cordura
y se dio cuenta
que no por que él negara
o guardara silencio
se iba a detener
el movimiento.
Y suele sucedernos
que pensemos
que lo que no ponemos
en palabras
no estará sucediendo,
pero aunque no lo hablemos
y no queramos verlo
habrá un eppur si muove,
te lo advierto.


De Amores que jamás florecieron
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

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