viernes, 14 de agosto de 2015

Mi mirada aprendió a erguirse con Los Andes

Montañas
Olga Chávez Gutiérrez
Chillán, Chile.

Mi mirada aprendió a erguirse con Los Andes.

Allí, donde nací, siempre hacia arriba,
se alzaba mi mirada hacia las cimas.
Más allá de los pájaros, al cielo
me dirigió la vista desde niña
esta vasta y soberbia sierra andina.

Si alguna vez la derrota o la pena
me hicieron regar lágrimas al suelo,
mis ojos retornaron a la altura
llamados por la inmensa cordillera
y de la blanca luz de sus nevados
fluyó, como un torrente, mi consuelo.

Ni dictadores, ni abuso autoritario
lograron que mis ojos se arriaran:
allí estaban los Andes señalándome
la digna dirección de la mirada.

Montañas de Los Andes, cordillera,
fortaleza que me acoge y me contiene:
te agradezco la fuerza del llamado
a mantener en forma permanente
los ojos clavados en lo alto
y una visión elevada y serena.


De A la madre natura
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

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